Alan Sugar, presidente de Amstrad, ha logrado su objetivo. Sus ordenadores son conocidos en todo el mundo, y encabezan las listas de ventas de muchos países. Evidentemente, el mana asociado al éxito no sólo se derrama sobre los creadores del producto, sino que también recae en quienes lo venden y distribuyen en cada país. En el nuestro, Indescomp ha pasado de la nada a ser una compañía con una facturación anual que se cuenta en miles de millones de pesetas.

Toda la obra gigantesca no cobró vida en un día. El camino se recorrió paso a paso, y, aunque cabe pensar en un resultado fruto de una meditada estrategia, hubo momentos cruciales en los que Sugar y Indescomp tuvieron que declarar sus cartas, y, al definirse, revelar una política en extremo preocupante, cuyas consecuencias enseñan hoy unos dientes más amenazadores que nunca.

Amstrad jamás ha innovado nada. Se ha limitado a salir en masa al mercado, muy bien arropado publicitariamente, con productos muy ajustados de precio que usan una tecnología muy probada, en general obsoleta y anticuada, —compatibles PC incluidos—, y no siempre exenta de fallos difícilmente justificables (calentamiento de) nuevo Amstrad PC, incompatibilidad manifiesta del mismo con ciertas tarjetas de expansión estandar, etc.).

Alan Sugar, en una resiente entrevista concedida a la BHC, intentó salir al quite de los problemas del PC 1512, y declaró que él no era un técnico, sino un vendedor, y que si la gente cree conveniente instalar un ventilador en el PC para su tranquilidad, pues bueno, que era suficiente subir el precio del ordenador unas cuantas libras y lo ponía él mismo. Con su particular estilo, Sugar conjuró un hechizo de transformación con el que un claro defecto de diseño desciende por la pendiente de lo discutible hasta alcanzar la categoría de capricho, al que graciosamente se condesciende. Perestroika pura.

Desde luego, si ésta fuera la política habitual de Amstrad e Indescomp, ya que casi siempre son coincidentes, bastaría decir con toda justicia.

Afortunadamente, no es éste el caso, pero la situación actual respecto a los ordenadores Amstrad, está tan cargada de rumores, incertidumbres, desinformación y silencio, que las viejas heridas levantan la cabeza, y reclaman su derecho a escocer con más fuerza que nunca. Nos referimos al extinto CPC 664, de triste memoria, inmediato sucesor del CPC 464. ¿Lo recuerdan? El syntax herror sucedió hace unos dos años y le dio vida una buena idea: ¿por qué no lanzar un ordenador con unidad de disco CP/M estándar, muy barato? Así se hizo. Poco después de ta aparición del 464, casi sin tiempo para deslustrar su teclado, los sorprendidos usuarios se encontraron sumergidos en el bombo del lanzamiento del nuevo ordenador.

El CPC 664 hizo furor, se vendió muchísimo y sirvió para acostumbrar a la gente a ver este tipo de ordenadores como algo cotidiano y factible. Era una gran máquina para la época.

Sin embargo, lo que Amstrad e Indescomp trataron de mantener en secreto fue que la presentación oficial del 664 tuvo una doble vida. Por una parte, los periodistas pudieron admirar a su sabor la nueva máquina, y corrieron a escribir sus comentarios acerca de la misma. Cuando la prensa desapareció, hubo una segunda presentación para los distribuidores. Alan Sugar les condujo a una habitación reservada. Allí había una mesa, y encima de ella un ordenador, con un cierto aire de parentesco con el 664. El chaman de Amstrad dijo textualmente: «Señores, el CPC 664 acaba de morir, Les presento a su sucesor, el CPC 6128». Esta información, que se puede etiquetar como clasificada X, nos ha sido suministrada por fuentes absolutamente solventes de la propia Indescomp.

Mientras tanto, el 664 se empezó a vender y miles de personas lo adquirieron, para encontrarse poco después con el infiltrado CPC 6128, sin previo aviso, dos veces más potente y al mismo precio. Sólo Amstrad e Indescomp en España estaban al tanto del asunto. Para algunos, esto tal vez sea al summum de la habilidad comercial, pero los usuarios del 664 a lo mejor lo ven de peor manera. Todo fue planeado desde el principio con el máximo detalle. No resulta fácil, siempre desde el punto de vista del usuario, encontrar una explicación razonable a un desplante de este calibre.

Tal actuación parece ser lo bastante contundente para requerir información de Indescomp cuando aparezcan rumores consistentes aquí y en Inglaterra de que se está preparando algo similar, aunque fuera la única vez que la compañía de J. J. Domínguez ha secundado y prestado apoyo a tales estrategias. Por desgracia, ha habido una segunda vez, menos ostentosa, pero igualmente discutible. La estrella imitada se llamaba CPC 472 y, obviamente, ya ha pasado a engrosar la lista de CPCs difuntos. El 472 nació como la respuesta de Indescomp a la discutida «Ley de Homologación», la cual requería que los ordenadores con menos de 64 Kbytes de memoria reunieran una serie de características. Cuando el decreto se publicó en el BOE, el 664 se encontraba en el limbo de los Justos, pero el 464, en aquel momento mucho más importante para Indescomp que el 6128, podía verse afectado por la inoportuna legislatura.

El remedio se encontró instantáneamente: cójase un 464, póngasele 16 Kbytes más de memoria, cuya utilidad real es al menos relativa, y nace un 464 que se salta el incómodo asunto muy elegantemente. Y de nuevo tenemos el mismo panorama que en el caso del 664. Este ordenador, que sin publicidad por razones obvias se vendió al que lo quisiera comprar en centros tan importarles como El Corte Inglés. Cuando unas modificaciones de la ley antedicha hicieron innecesaria su ulterior existencia, el 472 desapareció del mapa tan silenciosamente como habían venido dejando en posición dudosa a todos aquellos que lo habían adquirido. Excuso decir que la memoria extra de este ordenador puede llegar a causar serios problemas de incompatibilidad con ciertos programas, y periféricos, como los usuarios del mismo saben muy bien. Si pretendemos ser objetivos, hay que reconocer, muy gustosamente por cierto, que a estos desagradables acontecimientos han seguido otros de un cariz muy distinto. Nada hay que objetar al CPC 6128 ni a los PCW, ni por las condiciones de su lanzamiento, ni por su calidad, ni por sus prestaciones, que responden perfectamente a la filosofía que encarnan. Sin embargo, tratando de ser objetivos de nuevo, el historial anterior pesa cuando comienzan a suceder una serie de cosas sorprendentes, que Indescomp no ha creído conveniente aclarar o tan siquiera abordar.

Las cosas sorprendentes son las que siguen:

  • Próximo lanzamiento del Spectrum Plus III.
  • Bajada de precio de un 12 por 100 de todos los ordenadores Amstrad.
  • Nuevo modelo PCW 8256 con impresora de margarita.
  • Se deja de fabricar el PCW 8512.
  • Aparece un nuevo modelo de Amstrad PC, el PC 1640.

Dentro de muy poco tiempo, el nuevo Spectrum Plus III estará en la calle, a un precio aproximado, en Inglaterra, de unas 40.000 pesetas. Este ordenador es el hermano gemelo del 6128: posee, como él, 128 Kbytes de Ram y unidad de disco incorporada. Así, resulta evidente la colisión inevitable en el mercado con esa máquina y los CPCs, especialmente el 6128. ¿O no? ¿Cuál es la idea de Indescomp al respecto? ¿Tienen los miles de usuarios del 6128 motivos para preocuparse? Hasta ahora, sólo hemos obtenido silencio. El segundo punto es aún mas inquietante. Hace unas cuantas semanas, J. L Domínguez organizó en el Scala Metro de Madrid una fiesta, sólo para sus distribuidores, en la que se les comunicó que, a partir de ese momento, todos los ordenadores Amstrad experimentaban una bajada de precio del 12 por 100; es decir, Indescomp los vende sin IVA a los distribuidores. Esta información nos ha sido confirmada por el Departamento de Informática de Galerías Preciados, entre otros.

¿Obedece a una maniobra normal relacionada con disminución de recursos de fabricación? o, por el contrario, tiene que ver con algo de la supuesta liquidación en breve plazo de los CPCs, y, en un futuro no muy lejano, el Spectrum + 2, ¿trata de liberarse del excedente de ordenadores cuanto antes?

La gota que colma el vaso, sin embargo, es la desaparición a hurtadillas del Amstrad PCW 8512. De pronto, sin más ni más, se deja de fabricar. Sin aviso, sin explicación y sin aclarar, ni a los usuarios ni a nadie, si Indescomp va a seguir proporcionando soporte a nivel de hardware y software a aquellos que ya lo posean. ¿Vamos a vivir por tercera vez la misma tragedia griega que en el caso del 664 y del 472? Como el lector puede suponer, idénticas dudas se insinúan en el caso del nuevo Amstrad CPC, un ordenador con 640 kbytes de Ram y una tarjeta de gráficos compatible con la EGA de IBM. De momento, señores, un nuevo PCW 8256 con impresora de margarita, como Indescomp hizo saber en su día a través de sus medios oficiales de comunicación, y nos hemos quedado sin el venerable PCW 8512, como Indescomp no hizo saber a través de ningún sitio. La única forma segura de desenredar la madeja es acudir a las fuentes, y nadie debe saber mejor to que esta sucediendo que Amstrad en Inglaterra e Indescomp en España. Hemos tratado de obtener información directa y los resultados no han podido ser mas desalentadores. Puestos en contacto con Mr. Roben Meadows, portavoz oficial de Amstrad Consumen Pie, este señor nos ha manifestado que “no acostumbra hacer comentario alguno sobre rumores”, ni una palabra más..., lamentablemente. En vista de la negativa en redondo por parte de Amstrad en cuanto a aclarar posturas, nos hemos dirigido a distribuidores y vendedores ingleses de estos productos.

Su respuesta ha sido unánime: existencias mínimas de CPCs, han realizado nuevos pedidos, pero no han recibido información alguna de Amstrad ni en un sentido ni en otro, Por tanto, se ven obligados a esperar acontecimientos. Los distribuidores españoles nos comunican exactamente lo mismo. Con Indescomp, las cosas están peor, pues al menos Amstrad nos ha contestado, si bien de forma lacónica, no hemos tenido tanta suerte con la compañía que dirige José Luis Domínguez, todas nuestras preguntas, repetidas muchas veces, por teléfono como por escrito han quedado sin respuesta de forma absoluta: ni confirmadas, ni desmentidas. Nada. Sólo dos personas saben el futuro que les espera a los miles de usuarios de Amstrad CPC, del PCW 8512 y del PC 1512: Alan Sugar y José Luis Domínguez, pero guardan un silencio total.

Resulta difícil extraer una conclusión de toda la información que hemos podido reunir sin caer en dos extremos: preconizar el desastre o dormirnos en la mas cándida ingenuidad. Basándonos en la trayectoria seguida por Indescomp hasta ahora, en cuanto a su política de cambio y renovación de modelos (más propia de Atila que de Maquiavelo) cuyos tristes ejemplos, el 664 y el 472 estarán muy frescos en la memoria de muchos usuarios, junto con la liquidación sin previo aviso del PCW 8512, creemos que hay serios motivos para preocuparse hasta tanto Indescomp no aclare su postura de manera definitiva y explique aquello que la gente que compra sus ordenadores tiene derecho a saber.

Desde estas páginas, insistimos amistosamente a Indescomp a que abandone su silencio y su política faraónica de aniquilar a golpe de decisión brusca y sorpresiva hasta d recuerdo de maquinas que hoy cumplen un papel decisivo en los hogares y despachos de muchas personas. ¿A qué viene ese silencio?