En la década de 1990 la colaboración entre Nintendo y Rareware dio lugar a juegos memorables que se encuentran en el corazón de los jugadores. ¿Qué hay de las trilogías de Donkey Kong Country para la Super Nintendo y Land para Game Boy, o el inolvidable 007 GoldenEye, Diddy Kong Racing y Jet Force Gemini para Nintendo 64?

Cuando hablamos de juegos de Rare, solemos dejar de lado proyectos que no fueron tan bien aceptados, como Sneaky Snakes (GB), Conker’s Pocket Tale (GB) o la versión de Perfect Dark para Game Boy Color. La historia de hoy trata sobre uno de estos juegos: más que eso, se trata de uno de esos juegos de Rare que disfrutó del éxito unos años antes.

Era el año 1984. Un estudio británico llamado Ultimate Play the Game lanzó Sabre Wulf para el ordenador ZX Spectrum, luego lo portó al Commodore 64 y Amstrad CPC. Pasaron los años y este estudio se convirtió en el Rareware que todos conocemos y amamos.

Con la limitación de 48 KB impuesta por el ZX Spectrum, Sabre Wulf fue originalmente un juego laberíntico en el que, además del uso de objetos y de una espada para defendernos, teníamos que recorrer un extenso mapa lleno de peligros. A pesar del éxito, la franquicia entró en hibernación, tardando dos décadas en volver al servicio activo.

En una de las misiones de Banjo-tooie (N64), rescatamos al Sabreman, que ha estado congelado en una montaña desde el invierno de 1984. Banjo da un paseo al viejo héroe hasta que llegan a su antigua tienda, donde su equipo le espera para una nueva aventura. Me imagino que muchos fans de Rareware imaginaron que pronto tendrían un juego de Sabreman.

Reimaginación

Durante el evento Nintendo SpaceWorld 2001, Rareware finalmente anunció a Sabre Wulf para la consola Game Boy Advance. El proyecto sería una reimaginación del clásico lanzado para el ZX Spectrum, pero terminó sufriendo algunos retrasos.

En 2002, el estudio británico fue comprado por Microsoft. Desde entonces, han surgido varias preguntas sobre si los jugadores de consolas Nintendo volverían a ver juegos de Rare en sus plataformas. No fue hasta 2004 que THQ consiguió un acuerdo para publicar juegos de Rare en el ordenador portátil de Nintendo, por lo que Sabre Wulf fue descongelado una vez más, llegando al mercado el 17 de marzo de ese año.

En la parte técnica, el juego funciona muy bien. El remake optó por una perspectiva lateral. Para la estética repaginada, reemplazaron los fondos negros y los elementos monocromáticos por coloridas imágenes pre-renderizadas, de las cuales trajeron muchos elementos visuales y efectos de sonido reciclados de la serie Donkey Kong Country (SNES), incluyendo el esquema de selección de fase muy reminiscente de la aventura de los gorilas. Como aspecto negativo tenemos la herencia negativa de este estilo de gráfico: escenarios estáticos y sin vida.

La banda sonora es agradable, pero no esperes nada demasiado llamativo. Las "voces" de los PNJ son onomatopeyas repetitivas de Banjo-Kazooie (N64).

La verdad es que no es fácil explicar Sabre Wulf con palabras. Incluso después de dos horas de juego, no sabes muy bien de que trata. Sería un juego que se encuentra entre Mario contra Donkey Kong (GBA) y Pepsiman (PS1).

Sabrewulf (sin espacio), una aterradora criatura mitológica que quedó atrapada dentro de una estatua por un amuleto mágico. Al llegar a Blackwyche Village, Sabreman descubre que el sello se ha roto y el amuleto, fragmentado en ocho pedazos, se ha extendido por todo el mundo. El temible lobo ataca el pueblo, llevándose a la gente u objetos con ellos.

La premisa es bastante simple: debemos llegar a la guarida del lobo, recuperar el objeto en su poder y correr para llegar al campamento sanos y salvos mientras la criatura nos persigue. Lo que hace que este juego sea especial es la dinámica a medida que se produce.

El camino al lobo no es fácil. Obstáculos, enemigos, bombas, fuego, trampas, abismos, hay todo en el camino de nuestro héroe. Para ayudarte, algunas criaturas mágicas nos acompañan en el... Mochila. Estas criaturas se pueden utilizar sólo una vez por fase, así que si hacemos mal uso de estas, tenemos que reiniciar la fase. Completando el camino, llegamos al lobo, que está durmiendo frente al objeto.

Cuando tomamos el objeto de fase, la criatura aúlla. En este momento elementos como trampas y enemigos que componen las fases desaparecen, se convierten en monedas. Nuestro desafío es huir de la criatura como un speedrunner para llegar a nuestra tienda. Ten cuidado, porque al saltar desde alturas más altas el personaje se desequilibra y se queda por un tiempo en el suelo hasta que vuelve a ponerse de pie, el tiempo suficiente para ser alcanzado por la bestia.

El juego no tiene una curva de dificultad muy clara. Las primeras misiones son muy básicas pero se irán compliado a medida que avances, pero nada demasiado problemático. Y ese es precisamente el tono general del juego. Es una aventura corta, se termina con unas seis horas.

¿El regreso definitivo?

Tan divertido e incluso inusual como era, Sabre Wulf no fue el retorno que la franquicia que se merecía, vendiendo poco más de 30.000 unidades. Sabreman casi protagoniza otro juego - Stampede - para Xbox 360, pero el juego fue finalmente cancelado.

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