La Estación Espacial Internacional siempre ha sido un símbolo de cooperación, pero desde que la crisis ruso-ucraniana comenzó, las relaciones entre Occidente y Moscú se han debilitado crear una nueva guerra fría.

Las amenazas de Roscosmos -la agencia espacial rusa- y en particular por su director Dmitry Rogozin, ponen el peligro la colaboración espacial desde 1998. Hace unos días llegaron las primeras amenazas, la agencia rusa recordó a la NASA y la ESA que el control de los motores está en sus manos. Pero aún hay más, Dmitry Rogozin ha aumentado la tensión publicando en Twitter un mapamundi que muestra dónde podría caer la estación espacial si el Kremlin decide sacarla de órbita.

De momento son sólo provocaciones. No existe un peligro real ya que las relaciones entre Roscosmos, la NASA, la ESA, la agencia japonesa y canadiense siguen activas, y los proyectos en curso siguen con normalidad. Tal vez deberíamos considerar estas amenazas como propaganda dirigida a la población rusa en lugar del mundo exterior, una forma de mostrar sus músculos en un momento en que cada detalle puede marcar la diferencia.

Mientras tanto, SpaceX ya ha declarado que, en caso de necesidad, estará lista para intervenir en apoyo de la ISS, pero no debería haber riesgos inminentes ni para la estación espacial, ni para el astronauta estadounidense Mark Vande Hei que debería regresar a Tierra a finales de mes, en compañía de dos cosmonautas rusos a bordo de la Soyuz rusa.

Sin embargo, descubrimos la particular pasión de Dmitry Rogozin por utilizar las redes sociales para sembrar el terror, desde el mapa de los posibles lugares de la Tierra donde podría caer la ISS (o partes de ella) hasta las imágenes que muestran la intención militar rusa de retirar las banderas de Estados Unidos y de Reino Unido del cohete Soyuz. En definitiva, la tensión es palpable y las provocaciones fluyen libremente en las redes sociales.

La ISS era un símbolo de cooperación, se decía al principio del artículo: está formada por muchos módulos, cada uno dependiente del otro. Las cosas parecen haber cambiado, y ya hay quien se adelanta a hipotetizar una nueva fecha de regreso de la ISS, definitivamente antes del acuerdo de 2030.