De dónde viene el problema de la escasez de chips y cuándo acabará esta situación que afecta a todo el mundo.

Todo el mundo habla desde hace tiempo de la escasez de chips que ha puesto en serios problemas a los fabricantes de dispositivos electrónicos. Para Intel y TSMC la situación se mantendrá al menos durante todo el 2022 (incluso Lisa Su, CEO de AMD, cree que los problemas críticos se superarán en la segunda parte de este año) pero por otro lado Pat Gelsinger, CEO de la empresa de Santa Clara, está convencido de que lo que estamos viviendo es en realidad la década dorada de los semiconductores.

¿Por qué simplemente no pueden producir más chips si la demanda del mercado es tan alta? Porque no es tan sencillo.

¿Por qué surge la escasez de chips?

Los factores que determinaron la situación en la que nos encontramos son diferentes: en primer lugar, todavía estamos en plena pandemia, durante la cual la demanda de dispositivos para trabajar y comunicarse desde casa ha crecido de manera exponencial.

Piensa por ejemplo en las cámaras webcam: eran dispositivos considerados de poco interés hasta 2019, pero con la pandemia se convirtieron el el producto más buscado.

Toda la cadena de distribución (supply chain) ha estado sometida a presiones tan fuertes que no ha sido capaz de soportar la demanda: desde la logística hasta la actividad de ingenieros, investigadores y compra de materias primas.

Basta decir que el proceso que transforma la materia prima (silicio) en un procesador lleva 3 meses: de hecho, es complejo y muy costoso.

Modernizar una planta que fabrica procesadores es algo extremadamente difícil y lo es aún más si se tiene que respetar un tiempo mucho más corto de lo normal para tratar de satisfacer la demanda.

Ya sabemos que Intel, por ejemplo, está invirtiendo grandes cantidad de dinero en nuevas plantas de producción: Gelsinger confirmó que su empresa está trabajando en la construcción de una planta europea para la producción de chips y que Intel fabricará productos de terceros basados en sistemas x86, ARM y RISC-V. Un cambio radical que se deriva de la nueva estrategia Intel Device Manufacturing 2.0 que marca la entrada de la empresa en el mercado de fabricación de semiconductores a demanda de los clientes.

La construcción de una nueva fábrica dedicada a la producción de chips aún demora entre 18 y 24 meses.

Para dar una idea del alcance del problema de escasez de semiconductores, Canon comenzó a suministrar cartuchos de tinta sin el chip de control, un chip necesario para la verificación del hardware en algunos modelos de impresoras.

Aparte de la pandemia, otros factores que contribuyen a la escasez incluyen una sequía en Taiwán, la peor en 50 años, que ha obligado a TSMC y otras compañías a buscar nuevas soluciones para obtener cantidades suficientes de agua, un elemento esencial en la fabricación de chips.

Otros eventos han frenado la producción, como incendios en algunas fábricas, cortes de energía y el bloqueo del transporte a través del Canal de Suez.

Hablando de la cadena de suministro, es interesante señalar cómo el problema de la falta de chips ha puesto de relieve varias debilidades y varios intereses desde un punto de vista geopolítico.

Si piensas en lo que le pasó a Huawei, que se vio obligada a replantearse por completo su negocio y su estrategia corporativa en virtud de la exclusión que pretendía la administración Trump en Estados Unidos en la era prepandemia. Recuerda que a Huawei se le ha prohibido expresamente hacer negocios con empresas estadounidenses y, por lo tanto, utilizar hardware y software de empresas extranjeras. Una decisión que llevó a Huawei a crear su propio ecosistema de productos y servicios.

El problema es que si la cadena se rompe en algún momento, una empresa que depende en gran medida de proveedores extranjeros puede entrar en crisis y esto se aplica a cualquier realidad empresarial independientemente del país en el que esté radicada esa empresa. Por otro lado, inclinarse por un enfoque que mire hacia el nacionalismo económico es erróneo y anacrónico: todos somos parte del mismo planeta y pensar que somos completamente independientes de otros países sería una locura.

La industria de la tecnología ya está tomando medidas importantes para mitigar la escasez de chips: invertir en infraestructuras.

Muchos proveedores en el Lejano Oriente han acumulado existencias y limitado sus exportaciones en respuesta a la volatilidad del mercado y las presiones políticas, ya que los esfuerzos para hacer que EE. UU. y Europa sean más autosuficientes en la fabricación de productos electrónicos aún están lejos de dar sus frutos.

Mejorar la cantidad de chips que se pueden producir a partir de una oblea de silicio es otra área en la que los fabricantes de chips están invirtiendo. Estos avances conducen a mejoras en la producción del orden de algunos puntos porcentuales y ciertamente no ayudan a duplicar o triplicar los chips producidos para compensar el retraso acumulado.

Los fabricantes de dispositivos también están trabajando para crear nuevos productos utilizando chips más antiguos.

Una vez más, el software viene en ayuda: los ingenieros de software están optimizando los modelos utilizados hasta la fecha para asegurarse de que incluso los cálculos más pesados ​​puedan manejarse utilizando configuraciones de hardware menos modernas.