Volvo Cars está realizando importantes inversiones para diseñar y desarrollar motores eléctricos para la próxima generación de vehículos, con miras a la producción puramente eléctrica.

La compañía ha inaugurado un nuevo laboratorio dedicado a los motores eléctricos en Shanghai, China, el último de su red global de instalaciones para el desarrollo y prueba de componentes para coches eléctricos. El laboratorio se suma a la unidad que se ocupa del desarrollo continuo de motores eléctricos en Gotemburgo, Suecia, y a los modernos laboratorios de baterías de China y Suecia.

Los motores eléctricos, que poco a poco van asumiendo el papel de los endotérmicos en la ingeniería automotriz, son un elemento fundamental del automóvil eléctrico, junto con la batería y la electrónica de potencia. La interacción entre estos tres grupos de componentes es crucial para el desarrollo de coches eléctricos de alta gama.

Los motores eléctricos permiten obtener aquellas características que son propias de los vehículos eléctricos, como la aceleración instantánea y la posibilidad de recurrir al denominado One Pedal Driving, que permite al conductor utilizar el pedal del acelerador tanto para acelerar como para desacelerar.

El nuevo laboratorio de motores eléctricos de Shanghai se puso en marcha el mes pasado. Se centrará principalmente en el desarrollo de motores eléctricos para su uso en automóviles híbridos y exclusivamente eléctricos basados ​​en la arquitectura de vehículos modulares SPA 2 que Volvo Cars ha desarrollado y presentará en breve.

Las inversiones en el diseño y desarrollo de motores eléctricos representan un paso más hacia la realización de los ambiciosos objetivos climáticos y la estrategia de electrificación de Volvo Cars. La intención de la compañía es aumentar la participación de modelos totalmente eléctricos al 50% de las ventas globales totales para 2025, y el resto representado por modelos híbridos.

La electrificación es parte del plan climático global del fabricante de automóviles, que aborda las emisiones de carbono en todas las operaciones y productos, persigue el objetivo de hacer de Volvo Cars una realidad climáticamente neutra para 2040.

El plan va más allá de la gestión de las emisiones de escape mediante la electrificación. El fabricante de automóviles también abordará las emisiones de carbono en su red de fabricación, en sus actividades operativas más amplias y en su cadena de suministro, asumiendo un compromiso serio con el reciclaje y la reutilización de materiales.

Como primer paso concreto para hacer realidad su visión para 2040, Volvo Cars tiene la intención de reducir la huella de carbono en el ciclo de vida de cada automóvil en un 40% entre 2018 y 2025.

Fuente: Volvo Cars