Los científicos quieren saber: ¿Cuánto tiempo vive el cerebro después de cortar la cabeza?

Guillaume Thierry, profesor de Neurociencia Cognitiva, aborda la cuestión de cuánto tiempo nuestro cerebro puede procesar información después de la muerte.

¿Cuánto tiempo sigue funcionando el cerebro después de haber sido separado del cuerpo, incluida la cabeza? ¿Vemos realmente nuestra vida pasar ante nuestros ojos?

El neurocientífico Guillaume Thierry de la Universidad de Bangor en Maine filosofa sobre estas cuestiones en un debate para The Conversation. La pregunta lo ha perseguido desde que se enteró del uso de la guillotina durante la Revolución Francesa a la edad de 15 años.

"Hasta donde sabemos hoy, el cerebro muere seis minutos después de que el corazón deja de latir", escribe Thierry. "A los seis minutos se llega a punto sin retorno: la conciencia central, la capacidad de sentir que estamos en el aquí y ahora, y reconocer que nuestros pensamientos son nuestros, se pierde".

Esta hipótesis se confirmó en experimentos de laboratorio con ratones. La actividad neuronal se detuvo al minuto de perder el conocimiento.

Thierry no quiere sacar ninguna conclusión definitiva para los humanos de estos experimentos. Después de todo, hay muchos informes de experiencias cercanas a la muerte en las que los afectados dijeron que sus vidas habían pasado ante sus ojos.

"Si, en casos extremos, el ser humano puede revivir las experiencias durante seis, siete, ocho o incluso 10 minutos, en teoría, sus cerebros podrían tardar horas en apagarse por completo", argumenta Thierry.

Por supuesto, es extremadamente difícil y bioéticamente problemático registrar y estudiar la actividad cerebral de los que van a morir. A principios de marzo se publicó un estudio en el que se registraban accidentalmente las ondas cerebrales de un paciente epiléptico de 87 años mientras moría.

Los resultados del estudio muestran que algunas ondas cerebrales aún pueden cambiar sus patrones incluso después de que el paciente haya muerto y la sangre ya no fluya por el cerebro. Esto podría dar cierta credibilidad a la teoría de que en realidad somos capaces de ver cómo se desarrolla nuestra vida ante nuestros ojos.

Para Thierry, los resultados del estudio no son lo suficientemente significativos. Después de todo, los investigadores "solo informaron sobre la actividad cerebral registrada durante un período de unos 15 minutos, incluidos unos minutos después de la muerte". Eso no diría nada sobre lo que sucede después de eso.

Las teorías disponibles no convencen en absoluto a Thierry. Una es la suposición de que la impresión de que la vida pasa es un "efecto totalmente artificial" asociado con "el aumento repentino de la actividad neuronal cuando el cerebro comienza a apagarse". Otra teoría es una especie de "último recurso, un mecanismo de defensa del cuerpo que intenta superar la muerte inminente". Aún otros sugieren que es "un reflejo arraigado, genéticamente programado" que mantiene nuestras mentes "ocupadas mientras se desarrolla lo que sin duda es el evento más angustioso de toda nuestra vida".

La gran pregunta existencial

Thierry prefiere una respuesta mucho más filosófica. Suponiendo que nuestro principal impulso existencial es dar sentido a nuestra propia existencia, "repasa nuestra vida podría ser nuestro último intento, por desesperado que sea, de encontrar una respuesta, necesariamente acelerado porque el tiempo se acaba".