Internet está provocando su propia desaparición. Cada línea de código requiere electricidad para funcionar y gran parte de esa electricidad proviene de combustibles fósiles. Sin embargo, cada liberación de dióxido de carbono de las centrales eléctricas está arruinando Internet.

El auge de los teléfonos inteligentes pone más información al alcance de la mano que nunca, mientras que la creciente complejidad de los sitios web significa que se necesita más energía para proporcionar esa información. Por tanto, la creciente huella de carbono de Internet es un problema importante.

El uso de Internet de cada persona emite una pequeña cantidad de carbono. Por ejemplo, cada correo electrónico enviado emite aproximadamente 0,004 kilogramos de dióxido de carbono. Con 150 millones de correos electrónicos enviados por todo el mundo en un minuto se emite 60.000 kilogramos de dióxido de carbono.

Con el 57,3% de la población mundial con acceso y usando Unternet, si seguimos usándolo de manera irresponsable estaremos indirectamente causando daños nocivos al medio ambiente.

Según Gizmodo, un informe de 2019 reveló que la producción y el uso de tecnología digital representa el 4% de todas las emisiones de carbono en el mundo, más que las emisiones globales de la aviación.

La demanda de energía aumenta un 9% al año, lo que coloca a Internet a la vanguardia de la crisis climática.

Sin embargo, muchas infraestructuras de Internet están a la vanguardia. Muchos de los cables y nodos de fibra óptica que permiten que Internet funcione están ubicados en el mar. Un estudio publicado en 2018 muestra que el aumento del nivel del mar durante los próximos 15 años puede inundar permanentemente 6.545 kilómetros de fibra.

Por otro lado, según el Green Journal, empresas globales como Facebook y Amazon están trabajando en soluciones para centros de datos. Estas empresas pretenden tener centros de datos energéticamente eficientes, alimentados con energía 100% renovable.

El uso de Internet es inevitable, pero no necesitamos sacrificar el planeta para seguir usándolo.