La inteligencia artificial es un sistema informático capaz de realizar tareas que suelen requerir inteligencia humana.

Al igual que la inteligencia humana, la AI puede aprender y mejorar de forma independiente mediante el entrenamiento a partir de datos o a través de simulaciones. Esto se llama Machine Learning, una de las principales tecnologías de las cuales es Deep Learning (aprendizaje profundo).

Por ejemplo, la inteligencia artificial AlphaGo de Google Deepmind ha logrado dominar el juego del ajedrez jugando contra sí mismo durante sólo cuatro horas. Por otra parte, IBM logró que su IA de reconocimiento facial aprendiera a reconocer rostros entrenándolo en un millón de fotos desde el sitio de Flickr.

Sin embargo, estos son sólo algunos ejemplos de cómo funciona la inteligencia artificial. Gracias a las herramientas de tipo AutoML, el proceso de análisis se automatiza en gran medida y, por lo tanto, resulta más fácil entrenar la IA.

En un futuro próximo, el acceso a esta tecnología podría, por lo tanto, democratizarse. Hoy en día, cada vez más empresas están explotando la inteligencia artificial.

Debido a su capacidad para ayudar, reemplazar o incluso superar a los seres humanos para una variedad infinita de tareas, la IA es una opción natural en todas las industrias. Muchos consideran que es el comienzo de la cuarta revolución industrial.

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Educación, finanzas, manufactura, salud... La IA se encuentra en todos los sectores. Las tecnologías de inteligencia artificial también están detrás de muchas innovaciones recientes.

Los vehículos autónomos confían en la visión por ordenador, el reconocimiento de imágenes y el aprendizaje profundo. La traducción automática explota el procesamiento natural del lenguaje. Del mismo modo, los robots modernos capaces de interacciones sociales con humanos o la automatización de las líneas de producción de fábricas están equipados con inteligencia artificial.

Sin embargo, por todos sus beneficios, la IA también plantea temores e inquietudes. Junto con los usos positivos de esta tecnología, los usos malignos están emergiendo gradualmente.

Por ejemplo, Deepfakes son videos fraudulentos que utilizan Deep Learning para hacer que cualquiera diga o haga cualquier cosa. Del mismo modo, muchos temen que muchas personas se encuentren desempleadas debido a que los robots harán el trabajo mucho mejor. Peor aún, existe el riesgo de que la IA se vuelva contra los seres humanos.