El Parlamento de Estrasburgo y los Estados miembros de la Unión Europea han llegado a un acuerdo sobre la normativa propuesta por la Comisión en febrero de 2022, lo que significa un importante avance hacia la aprobación final del Chips Act europeo.

La UE ha iniciado un camino para definir una normativa que incentive la producción y que haga que el continente sea independiente de otros países, especialmente del sudeste asiático para la producción y de los Estados Unidos para el diseño, considerando la importancia estratégica que los chips están adquiriendo en el sector político-económico y las dificultades registradas en los últimos años en relación con su efectiva disponibilidad en el mercado. Para 2030, la cuota de mercado debe duplicarse y alcanzar el 20%.

La normativa europea sobre chips fortalece la competitividad y la resiliencia de Europa en el sector estratégico de los chips. En concreto, la normativa europea sobre chips tiene como objetivo:

  • Fortalecer la actividad de fabricación en la Unión.
  • Estimular el ecosistema de diseño europeo.
  • Apoyar la expansión y la innovación a lo largo de toda la cadena de valor.
  • Los chips son esenciales para todos los productos digitales y digitalizados, y el acuerdo alcanzado hoy contribuirá a garantizar el suministro de semiconductores innovadores en Europa.
  • Acelerará la adopción de chips innovadores por parte de las empresas europeas, haciéndolas más competitivas.

La normativa se compone de tres puntos clave:

  1. Chips para Europa: inversiones de la UE, los Estados miembros y los privados. Se prevén 6,2 mil millones de euros de fondos públicos, de los cuales 3,3 son a cargo del presupuesto de la UE hasta 2027. A estos se suman 2,6 mil millones de euros de financiamiento público. Los fondos públicos se utilizarán para el desarrollo de una plataforma de diseño y la creación de líneas piloto. Se crearán centros de competencia en toda Europa.
  2. Incentivar las inversiones públicas y privadas en las plantas de fabricación y los proveedores. Las inversiones serán de alrededor de 43 mil millones de euros y servirán para garantizar el suministro fortaleciendo las capacidades productivas. Se crearán plantas de producción integradas y fundiciones.
  3. Coordinación entre los Estados miembros y la Comisión para una mayor colaboración, y para controlar la demanda y la oferta.

El siguiente paso consiste en la aprobación formal por parte del Parlamento y el Consejo europeo.