Intel y Arm, dos gigantes del mundo de los semiconductores, han anunciado una nueva colaboración estratégica para producir SoC (System-on-Chip) de bajo consumo basados en el proceso 18A de Intel. Esta unión dará lugar a soluciones multi-núcleo que podrán utilizarse en una amplia variedad de aplicaciones, desde la industria automotriz y el IoT, hasta soluciones para industrias gubernamentales y aeroespaciales.

La tecnología Intel 18A es esencialmente una tecnología de miniaturización del proceso de fabricación a 1,8 nm. La transición a esta tecnología sugiere que los futuros SoC serán aún más pequeños y tendrán una densidad de transistores aún mayor.

Según el comunicado de prensa oficial, los clientes que confían en Arm para diseñar sus SoC en el ámbito móvil podrán beneficiarse de la tecnología de Intel.

Pat Gelsinger, CEO de Intel Corporation, explicó: "Existe una creciente demanda de potencia de cálculo impulsada por la digitalización, pero hasta ahora los clientes sin fábrica han tenido opciones limitadas para diseñar alrededor de la tecnología móvil más avanzada. La colaboración de Intel con Arm ampliará las oportunidades de mercado para los IFS y abrirá nuevas opciones y enfoques para cualquier empresa sin fábrica que desee acceder a la mejor CPU IP de su clase y a la potencia de una fábrica de sistemas abiertos con tecnología de proceso avanzada".

¿Cómo funcionará esta colaboración? Intel proporcionará la fábrica a los diseñadores de chips para la producción efectiva, mientras que Arm se encargará de la cooptimización de la tecnología de diseño (DTCO). Esto no solo proporcionará ventajas en términos de potencia y rendimiento, sino que también reducirá los costos y los tiempos de producción y diseño.

Este anuncio forma parte de la estrategia IDM 2.0 de Intel, en la que la compañía está invirtiendo mucho para ampliar la capacidad de producción en todas las áreas en las que opera, incluidos los Estados Unidos y los estados de la Unión Europea en los que está presente. Esta colaboración también responde a una necesidad productiva, ya que podría mitigar definitivamente el cuello de botella que se ha creado debido a la gran demanda de algunos fabricantes de chips.