05:57 (09/09/11)Fuente: lne.es El presbítero mierense José Antonio Sampil y Laviades, buena persona y leal hasta el extremo, fue un amigo incondicional de Jovellanos, hasta el punto de que cuando éste cayó en desgracia y se le desterró a Mallorca -primero al monasterio...
Tras las huellas de “El Cid Campeador” por Guadalajara